El Panteón de Roma es un templo circular construido a comienzos del Imperio Romano dedicado a los dioses.
El Panteón consta de un pórtico
con ocho columnas que da paso a una enorme rotonda de 43,50 metros de
diámetro, cubierta por una cúpula
de la misma altura, que dan lugar al mayor espacio diáfano o libre
nunca construido hasta entonces. La cúpula está decorada con casetones
y presenta en su centro un gran óculo,
para iluminar el interior.
Panteón de Agripa
Este edificio es un caso excepcional en la arquitectura religiosa
romana, que, en general, se basó siempre en los modelos helenísticos de
planta rectangular con cubierta arquitrabada.
El Panteón, por el contrario, incorpora la planta circular en la cella
y una prodigiosa cubierta abovedada
en la que se llevan a las últimas consecuencias las posibilidades de la
técnica del hormigón puesta a punto por los romanos en la
arquitectura civil.
Su cubierta contaba con un revestimiento de bronce
que fue desmontado en parte por Constantino II
en el siglo VII para llevarlas a Constantinopla. Un milenio más tarde Bernini desmontaría lo que quedaba para
usarlo en la construcción del Baldaquino de San Pedro, en el Vaticano.
Interior del Panteón de Agripa
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